Otro proyecto para el cuarteto, otro proyecto con el que conecto profundamente. Desde la primera escucha, la canción me hizo viajar por distintos esplines de mi vida. Reconecté con un estilo caótico que solía usar al dibujar en el colegio como una forma de catarsis: mundos regidos por ojos, plantas e insectos en composiciones sobrecargadas de información. Todo estaba tan apretado que un simple cambio, como un roce o una gota, podía hacer que todo vuele por los aires y se rompa.
La estética del video
De ahí nace la estética visual que inspira este trabajo. La idea fue llevar a las imágenes a un punto de saturación, cada vez más cargadas, hasta volverse molestas. Si al inicio la cantidad de elementos podía resultar atractiva por la magia de los universos, con el avance del video buscábamos que esa acumulación genere incomodidad. El objetivo era transmitir la sensación de caos interno que atraviesa una persona en un esplín: “Otra vez todo roto”.
Símbolos y significados
Cada objeto presente tiene un sentido:
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La tetera: representa la calma y la paciencia.
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La nuez con alas: simboliza la inocencia del soñador.
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La brújula: evoca la lucidez, la objetividad, el tener un norte.
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Los zootropos: loops, lo cíclico, la historia que se repite.
En contraste, al final del viaje aparecen pequeños gusanitos que pintan con oro las grietas de los objetos reconstruidos. Es el Kintsugi, el arte japonés de aprender a amar nuestras cicatrices inevitables.
Un proceso compartido
Este proyecto también es un espacio de gratitud. Gracias al cuarteto por abrirnos la posibilidad de proponer y a los fans de la banda por expandir el universo de los personajes con su arte. Y un gracias enorme a mi gran amiga @magality_: qué lindo poder trabajar juntas y combinar nuestros mundos 🫂.
En el camino se rompieron un par de tazas, pero de eso también se trata: de transformar lo roto en parte de la obra.